Morfología del espanto

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Reseña

“Pablo de Rokha, centro de tormenta de la poesía de América, publica en 1942 “Morfología del espanto”, reeditado por primera vez íntegro por Editorial Quimantú, después de 74 años. Es un libro para tiempos terribles: el fascismo y el nazismo, tras destazar a España, amenazaban con controlar un mundo devastado por la guerra, mientras el feroz capitalismo rugía aplastando a la clase obrera. Rokha, consciente de la responsabilidad ética y estética del artista, no desespera ante el horror, sino que lo enfrenta, lo ordena y lo significa, forjando una lengua nueva, a la altura de los nuevos tiempos.

“Enfrentados a la naturaleza y al hombre interno, al gran enigma que plantea la existencia, peleando entre el ser y el no ser, su verificación dialéctica, a la sombra tremenda y sobrenatural de los símbolos, contestamos en este lenguaje, en el cual la eternidad relampaguea”, es el primer disparo de este poemario, en un brillante manifiesto teórico que desarrolla la síntesis de dos vertientes, aparentemente irreconciliables: la irracionalidad del arte y la racionalidad de la crítica política. La solución, no sólo es planteada, sino que es demostrada en las poderosas imágenes poéticas de los siete poemas que siguen a la dedicatoria.

Fusilador oficial de la poesía, Rokha no trepida en liberar al lenguaje de toda atadura al emprender la épica moderna de las grandes masas. Morfología del espanto es la firma categórica de una nueva forma de decir las cosas, enfrentándolas desde la derrota cuotidiana-universal que nos acontece a todos y a todas y que la mayoría de las veces nos vence una y otra vez. Sin embargo, en ese enigma de la crueldad es donde resistimos, con una energía distinta y espeluznante, que se asoma en la palabra, descubriéndose y volviéndose imágenes valerosas cuando el tremendo miedo de habitar brota. No es solo la invención de las palabras y su encuentro, el sonido que dictan y el atrevimiento que conllevan, lo que nos regala Pablo De Rokha, sino además es la descripción de aquello que se logra alcanzar, vivenciar, eso que sobrepasa el dolor, la angustia, el trauma y le gana a la derrota contemplándose derrotado. Ésta es la fuerza arrolladora de sus metáforas, absolutamente necesarias para las multitudes oprimidas, y perturbadoramente peligrosas para la oligarquía opresora.

Es importante leer a Rokha desde la perspectiva que estamos concibiendo e imaginando en estos días, con sus cambios y problemáticas, con sus arrojos e inciertas luchas, con la dimensión de sentirse único, única, en una multimillonada de moleculares visiones que componen la música de los pueblos. “Nada es arbitrario, todo es regulado en las comunas del arte” nos anuncia el poeta entregándonos una lengua distinta para que anunciemos el fin de la cultura antigua y compongamos la nueva. Nos entrega la posibilidad del atrevimiento de aquel que no tiene nada que perder, del que derrotado poetiza su situación, en este comienzo de siglo, en pleno imperio globalizado, aumentando el espíritu y canto de los que avanzamos sin caminos definidos.

Hay que tener presente que cuando la palabra pasa a ser presencia en nuestras vidas y nos empuja a ir nuevamente hacia algún lado, es cuando la poesía crea el movimiento, y el terror no nos detiene, sino que nos hace buscar en el lenguaje que el poeta nos ha facilitado, el atrevernos a nombrar e imaginar que siempre puede haber alguna posibilidad de levantar la frente y enfrentar el pavor, desafiándolo una y otra vez.

Con la misma actitud poética, en un inmenso encuentro y disposición de voluntades por parte de Editorial Quimantú y Fundación De Rokha, ha sido posible la publicación de Morfología del espanto, conservando la estética de su portada original, en un formato de libro de bolsillo que facilitará que sus lectores lo lleven en sus viajes y tránsitos cuotidianos. Libro que llega a precio popular a las casas, poblaciones y barrios. Quien escribe, dice Pablo, sirve al pueblo.

Mauricio Torres Paredes / Santiago Faúndez”